La hora de dormir puede ser bastante caótica en nuestra casa: haciendo todo rápido, leer cuentos y cepillarse los dientes. Pero una cosa que mantenemos constante es decir las cosas que nos sucedieron en el día por las cuales estamos agradecidos.
Hace un año que decidí probar esta práctica, y no sabía si iba a funcionar. El concepto de gratitud es de por sí tan abstracto, ¿cómo se lo iba a explicar a mis chiquitas de 4 y 2 años? Y mucho menos pedirles que lo escriban. Pero estaba decidida a intentarlo. ¿Por qué? En un mundo donde estamos rodeados de caos, ansiedad y estrés, quería darles a mis hijas la práctica de estar agradecidas por todas las cosas en sus vidas, tanto cosas grandes como cosas pequeñas. Además, he leído un sinfín de artículos que mencionan que cultivar una práctica diaria de gratitud puede ayudar a mantener una sensación de optimismo y crea una buena resiliencia emocional.
Pensé que la mejor manera de practicar la gratitud sería a través de un diario de gratitud. Busqué en línea diarios de gratitud para niños. Hay muchas versiones para adultos, pero no había ninguna para niños de la manera que había imaginado: fácil y hecha para niños que aun no saben escribir. Así que diseñe uno. Luego lo publiqué en Amazon y compré una copia para mí. =)
Comenzamos incorporando nuestra práctica de gratitud a nuestra rutina: pijamas, lavarse los dientes, leer una historia y luego llenar nuestra página de gratitud en el diario. El concepto del diario de gratitud que diseñé es bastante simple: hacer una lista de tres cosas que te sucedieron que fueron increíbles, indicar cómo estaba tu estado de ánimo ese día y escribir con quién fuiste amable.
Para mamá, hay secciones específicas para escribir esos momentos de gratitud; para el niño hay secciones donde puede dibujar las cosas que sucedieron. Esto es particularmente útil si tu hijo aún no sabe escribir.
Y así es como cerramos el dia con gratitud. Las primeras semanas hubo mucha repetición de: “Estoy agradecido por la gente que me rodea, por mi trabajo, por mi casa”, pero después de un tiempo comienzas a profundizar tu estado de gratitud y estar agradecido por las cosas más sencillas, como una taza de café caliente o ropa limpia. Y a medida que pasaba el tiempo, mi hija de 4 años comenzó a escribir las palabras en mi lado de la sección y poco a poco mejoró sus habilidades para sostener el lápiz y escribir.
Estoy tan feliz de que hayamos incorporado este proceso de gratitud a nuestra rutina. Sé que continuarán habiendo resultados positivos y esta práctica se volverá rutina en mis chiquitas para toda su vida.
¡Tú también puedes hacer que practicar la gratitud sea parte de tu rutina diaria! Puedes encontrar el “Diario de Gratitud Mamá y yo: 5 minutos diarios” aquí.
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